Acerca de unas plumas sutilmente borradas
La posibilidad de compartir la propuesta rescatadora de la revista La Pluma de 1980, heredera a su vez de la emblemática La Pluma de los años veinte, por parte del hoy catedrático de la Universidad Complutense Julio Vélez Sáinz, me pone delante de los ojos a una generación que es la mía, la de los años 70-85, prácticamente borrada de la memoria cultural española contemporánea al no haber sido asimilada de manera abierta como parte del torrente cultural que había quedado retenido en la segunda posguerra y esperaba manifestarse ante sus destinatarios naturales: la generación de la transición y las siguientes.
Es posible que no pudieran esconder los frutos que aquel decenio y medio recogió. Entre otras razones, porque antes de la irrupción de consumo banal que esperaba nuevas rentabilidades, la cultura española pasó toda frontera y el hispanismo de medio mundo realizó el recuento de bienes culturales aportados por aquel grupo disidente. A vuela vista en el presente parece inconcebible la suma de aportaciones inteligentes de aquel grupo irrepetible representado por un puñado representativo de filósofos, historiadores críticos, periodistas, profesores y creadores, cuya onomástica apenas se hace visible en estos tiempos. No voy a calcular si esa falta nos acarrea desde los años noventa algún mal cultural, que, por otra parte, queda en evidencia. Trato más bien de saludar la novedad de aquella empresa y la oportunidad que hoy tenemos de revivirla.
La primera diferencia que observo en los nombres de su Consejo editorial es la convivencia manifiesta del grupo de autores retornados del exilio con los escritores que aguardaban durante decenios el esperado cambio y con quienes crecimos en el último franquismo: Manuel Andújar, Diego Catalán, Ricardo Domenech, Antonio Ferres, Fernando Quiñones, Julio Rodríguez Puértolas, Manuel Tuñón de Lara, Ricardo Zamorano, Rosa Montero, Joaquín Estefanía, Antonio Hernández… Entre las recensiones de libros y estrenos, la revista deja espacio a la versión de José Antonio Gabriel y Galán de La velada en Benicarló, prestando atención a las entonces ediciones últimas de Dámaso Alonso, de Rafael Alberti, Carlos García Gual, Víctor Fuentes, Ramón Tamames, Juan Goytisolo…, las colaboraciones acerca del cine (por crea)r de Julián Marcos, en el campo de las bellas Artes por parte de Antón Patiño, los homenajes a Jorge Guillén, presidente de honor de la revista, en los textos de José Manuel Caballero Bonald, Ignacio Prat, Antonio A. Gomez Yebra y Julio López, por los que la revista pone el foco en los monosílabos preciosos del poeta del 27, denominando a don Jorge “seductor por vía lingüística”, en expresión de José Manuel Caballero Bonald.
Las creaciones ocupan un lugar de excelencia: Por ejemplo, refiriéndome a las primeras, se cuenta con Carlos Meneses con “El juego de florecer”, Blas de Otero en su bella insistencia por la vida (“una broma pesada. Y sin embargo…”), y Julio Vélez con el relato “Nacimiento de Venus” y los poemas experimentales de “Los fuegos pronunciados”: “¿QUÉ HABRÍA SIDO DE NOSOTROS/ sin los sueños,/ sin los fuegos pronunciados,/transmitidos, alargados/ de lengua en lengua?”
Sesenta años después del nacimiento de la impulsora revista de Manuel Azaña y Cipriano Rivas Cherif, Julio Vélez y su galería de creadores de conciencia reiniciaron en 1980 con el espíritu del mito una nueva aventura que volvían a sostener conscientes del nuevo entorno cultural en el que salieron ambas revistas a la luz, “caracterizado por múltiples distorsiones y coacciones, frente a los que reclamamos la duda como sistema de transformación”.
Hace de la publicación de la revista joven 42 años, de la primera casi un siglo.
Aunque ambas tengan sabor de vibrante presente.
* Fanny Rubio es Catedrática emérita de la Universidad Complutense de Madrid, poeta y novelista. Se especializa en la producción cultural de la Edad de Plata.
Este proyecto de recuperación de las dos primeras épocas de la Revista La Pluma (1920-1923, 1980-1982) ha sido posible gracias a la Subvención de concurrencia competitiva actividades Memoria Democrática en su convocatoria del año 2021 ("La Pluma, tercera época", 043-MD-2021).